La Formación Profesional en España es una pieza fundamental en el sistema educativo de nuestro país, proporcionando capacitación técnica y práctica para aquellos que desean incorporarse rápidamente al mercado laboral después de completar sus estudios, así como para aquellos que buscan mejorar sus habilidades y competencias para mejorar su carrera profesional.

Teniendo en cuenta que el objetivo principal de la FP es alinear la educación con las necesidades del mercado laboral y fomentar la empleabilidad y el desarrollo económico, no es de extrañar que, a lo largo de los años, se hayan realizado diversas reformas y actualizaciones para mejorar la calidad de estos estudios y su relevancia para la economía y la sociedad españolas.

La última, la ley Orgánica 3/2022, de Ordenación e Integración de la Formación Profesional tiene por como finalidad “regular un régimen de formación y acompañamiento profesionales que, sirviendo al fortalecimiento, la competitividad y la sostenibilidad de la economía española, sea capaz de responder con flexibilidad a los intereses, las expectativas y las aspiraciones de cualificación profesional de las personas a lo largo de su vida y a las competencias demandadas por las nuevas necesidades productivas y sectoriales tanto para el aumento de la productividad como para la generación de empleo”.

Es decir, una FP, ya no solo dirigida a estudiantes que acaban de terminar la secundaria o el bachillerato, sino un sistema de formación tanto para jóvenes como para personas ocupadas y desempleadas a lo largo de toda la vida laboral.

¿Por qué una nueva ley de FP?

Con el objetivo de promover un mercado laboral más dinámico, inclusivo y competitivo, es necesario la implementación de políticas integrales y medidas coordinadas que aborden varios desafíos estructurales a los que se enfrenta España en este terreno.

Estos retos afectan tanto a los jóvenes como a la fuerza laboral en general y tienen implicaciones significativas para la competitividad y la productividad del país, principalmente:

  • Desajustes de cualificación profesional:

Este desafío se refiere a la discrepancia entre las habilidades y cualificaciones que poseen los trabajadores y las que demanda el mercado laboral. En España, existe una brecha significativa entre la formación que reciben muchos trabajadores y las necesidades reales de las empresas. Esto puede deberse a una falta de alineación entre la educación y la formación ofrecida y las demandas cambiantes del mercado laboral, especialmente en sectores emergentes y de alta tecnología.

  • Desempleo juvenil:

Aunque la tasa de desempleo en España ha disminuido en los últimos años, sigue siendo relativamente alta en comparación con otros países de la Unión Europea. De hecho, en nuestro país contamos con casi medio millón de jóvenes en paro, lo que sitúa la tasa de paro juvenil se sitúa en el 27,4%, muy por encima del 13,8% de la eurozona. Uno de los principales motivos es el desencuentro entre la formación que se ofrece y lo que realmente necesitan las empresas, así como la falta de experiencia laboral de los jóvenes y los desafíos específicos a los que se enfrentan al ingresar al mercado laboral.

  • Competitividad y productividad:

La competitividad y la productividad son fundamentales para el crecimiento económico y la creación de empleo sostenible. España enfrenta desafíos en este sentido, incluida una productividad relativamente baja en comparación con otros países de la Unión Europea.

Objetivos de la nueva ley de FP

La nueva ley de FP, fruto de un intenso proceso de participación que comenzó a finales de 2020, con el Plan de modernización de la Formación Profesional, surge como respuesta a este nuevo contexto económico y social que se presenta en nuestro país. Está llamada a ser la palanca para mejorar la empleabilidad de los jóvenes y la calidad de estos, así como a reconocer la experiencia de los trabajadores.

No en vano, diversos informes señalan que la mitad de las ofertas de empleo en España en 2025 será para titulados de ciclos formativos.

Algunos objetivos comunes de las reformas en la FP incluyen:

  • Mejorar la calidad y la pertinencia de la formación para que esté alineada con las demandas y necesidades del mercado laboral actual y futuro.
  • Fomentar la colaboración entre centros educativos, empresas y otras instituciones para facilitar la inserción laboral de los estudiantes y promover la formación en el lugar de trabajo.
  • Ampliar la oferta de programas de FP para cubrir una variedad de sectores y ocupaciones, incluidas aquellas relacionadas con la tecnología, la innovación y la sostenibilidad.
  • Fortalecer los programas de orientación profesional y apoyo para que los estudiantes puedan tomar decisiones informadas sobre su educación y carrera.
  • Asegurar la accesibilidad y la igualdad de oportunidades en la FP, para que todos los ciudadanos tengan la posibilidad de adquirir habilidades y cualificaciones relevantes para el mercado laboral.
  • Fomentar la movilidad y la empleabilidad de los graduados de FP, tanto a nivel nacional como internacional.
Cambios con la nueva ley de FP para el próximo curso 2024/25

¿Qué cambia en el nuevo sistema de FP el próximo curso escolar 2024/25?

Siguiendo el calendario de actuación de la nueva Ley de FP, a partir del próximo curso escolar todos los centros de formación profesional deberán aplicar los cambios introducidos con la nueva ley de FP, que entró en vigor el año 2022 y cuya aplicación definitiva se fijó para este curso 2024/25.

Pero ¿cuáles son estos cambios en concreto y en qué se diferencian del sistema actual?

  • FP Dual de carácter general

A partir de este curso toda la formación profesional se integra en un solo sistema y este será DUAL. Esto significa que el alumnado deberá alternar su formación entre centros educativos y empresas, convirtiéndose estas últimas en corresponsables de su educación desde el primer año. Para ello las empresas asumirán un porcentaje de los resultados de aprendizaje. Este porcentaje se traducirá en un 20% en ciclos formativos básicos y entre un 25-35% de las horas de formación en los ciclos formativos de grado medio y superior, todo ello dentro del horario lectivo. Aparece también la categoría DUAL Intensiva, es decir, cuando la empresa asume entre el 35-50% de las horas de formación. En este caso, el alumnado recibe una retribución mediante beca o contrato, siendo obligatorio el contrato a partir del año 2029.

De esta forma, se implica a la empresa en la formación, se potencia la cooperación de los centros educativos con el sector empresarial y se alcanza una formación más conectada con la realidad laboral.

  • El módulo FCT desaparece

Uno de los cambios significativos de la nueva ley es que el tradicional módulo de prácticas en centros de trabajo, más conocido como FCT, desaparece a partir del curso 2023/24 y aparecen nuevos módulos que ocupaban esas horas.
Así como los módulos de FOL (Formación y Orientación Laboral), EIE (Empresa e Iniciativa Emprendedora), libre configuración y el de proyecto de fin de grado.

  • Nuevos módulos formativos

Con el nuevo sistema se incorpora un nuevo módulo de proyecto final aplicable a todos los niveles de los ciclos formativos. Además, el alumnado de Grado Medio y Superior estudiará tres nuevos módulos:

  1. Inglés profesional
  2. Sostenibilidad y Digitalización de los Sectores Productivos
  3. Itinerario Personal para la Empleabilidad
  • Oferta Flexible y Combinable

A partir de este curso, los centros educativos podrán ofertar Grados A, B, C, D y E que permitirán estudiar los ciclos formativos por partes flexibles y acumulables. Estos grados son:

  1. Grado A: Acreditación Parcial de Competencia
  2. Grado B: Certificado de Competencia
  3. Grado C: Certificado Profesional
  4. Grado D: Ciclo formativo (Básico, Medio y Superior)
  5. Grado E: Curso de Especialización

Así pues, esta nueva oferta modular permitirá programar itinerarios formativos en función de las expectativas y necesidades del estudiante o trabajador, partiendo de «microformaciones» y culminando en los títulos de especialización. De esta forma, se podrá conseguir un título de técnico o técnico superior bien sea matriculándose de estos estudios directamente, o sumando formaciones más pequeñas hasta completar todas las necesarias del ciclo formativo.

  • Reconocimiento competencias

El nuevo sistema reconocerá además las competencias profesionales adquiridas por el alumnado por experiencia laboral, facilitando que a través de ellas se pueda ir reconociendo y avanzando en los diferentes grados. Esto beneficiará principalmente a aquellos trabajadores o desempleados que, a pesar de tener adquiridas competencias profesionales, no las tiene acreditadas.

  • Nuevas figuras

Se incorporan nuevas figuras dedicadas para potenciar la orientación profesional “como un servicio de acompañamiento obligado al del aprendizaje a lo largo de la vida y la innovación”. Una medida muy aplaudida por los expertos en educación y formación, quienes consideran que una buena orientación a lo largo de todo el itinerario formativo es un factor clave de éxito en las perspectivas laborales de las personas.